El Caballero Carmelo


Abraham Valdelomar emplea un lenguaje refinado. Muestra una sabia utilización de la retórica cervantina de libros de caballerías. 

El Carmelo se convierte en un eficaz símbolo evocador de la Edad de Oro. La estructura del relato, aparentemente sencilla, logra la difícil hazaña de conjugar los múltiples materiales, memorias, narración, argumento y descripción del ambiente al hilo de una secuencia argumental que se ve cortada por una amplia descripción de la aldea de San Andrés.

Argumento
La narración se inicia con el retorno de Roberto, el hermano mayor, a su hogar. Este regresa después de algún tiempo y trae regalos para sus seres queridos; entre estos regalos está el “Carmelo” (un gallo), como obsequio para su padre.

En la siguiente secuencia, luego de un breve período de ambientación del héroe, se interpola la rápida descripción de los personajes, la descripción del ambiente hogareño y el paisaje espiritual, moral y físico de Pisco incluyendo el puerto de San Andrés de los pescadores. 

Las acciones son retomadas a partir de la descripción del Carmelo, quién es presentado como todo un paladín medieval; más la apuesta aceptada por el padre del narrador - personaje para que el viejo guerrero participe en una pelea de gallos motivo de Fiestas Patrias. 

Se realiza el costumbrista duelo a muerte y el “Carmelo” vence a su contendor, el “Ajiseco”, en un arranque de valentía; pero queda en muy mal estado. Días después, a consecuencia de sus heridas muere el gallo dejando un indeleble recuerdo en el narrador y sus hermanos.  

Tema: El desafío y la valerosa lucha de un gallo.

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