LITERATURA DE LA CONQUISTA


Realizada la conquista, los españoles destruyen la estructura del Imperio Incaico. Imponen una nueva orientación a la vida obstruyendo el desarrollo normal de nuestra cultura. La lengua oficial es ahora el español y la Literatura española encuentra eco en nuestro territorio. Las manifestaciones literarias más frecuentes en esta época fueron: Coplas, romances, pero sobretodo destacan las crónicas.

Destacan los siguientes cronistas:

A. ESPAÑOLES: Pedro Cieza de León, Pedro Sarmiento de Gamboa, Cristóbal de Molina, Miguel Cabello de Balboa, Martín de Murúa, Juan de Betanzos, Agustín de Zárate, Francisco de Jerez, Cristóbal de Mena, Fernando de Montesinos, etc.

B. ÍNDIGENAS: Felipe Guamán Poma de Ayala, Titu Cusi Yupanqui, Juan Santa Cruz Pachacuti, etc.

C. MESTIZOS: Inca Garcilaso de la Vega, Blas Valera, etc.

GARCILASO DE LA VEGA “EL INCA”
(EL PRIMER MESTIZO BIOLÓGICO Y ESPIRITUAL)
“COMENTARIOS REALES”

- GÉNERO: Narrativa
- ESPECIE: Crónica

Primera Parte (1609)
Trata de la historia del Perú preincaico hasta los tiempos de Atahualpa. Entrelaza libremente la historia interna (la de la cultura y la civilización indígenas) con la historia externa (política y militar) pautada por la sucesión de los Incas. Agrupa y separa múltiples y variados asuntos de la historia interna del imperio, interrumpiendo ésta para narrar los acontecimientos políticos y militares de los sucesivos Incas, el curso de sus conquistas y la minuciosa y pintoresca relación de las circunstancias y caracteres personales de cada uno. 
Su exposición comprende cultura y civilización, religión y culto, instituciones sociales y políticas, costumbres, técnica, poesía, música, ideas generales básicas o filosofía, monumentos, construcciones materiales de uso privado o público, viviendas, caminos, puentes, flora, fauna, metales y piedras preciosas, ganados y plantas útiles, etc. Este contenido es de proporciones y caracteres enciclopédicos.

Aunque tuvo presente a otros cronistas, en especial la obra perdida del padre Blas Valera, procuró informarse directamente en relaciones con los supervivientes incas, cuya lengua aprendió en la niñez. Es importante reconocer en Garcilaso el afán polémico de rectificar a otros cronistas y la proyección de su propia personalidad como autor competente debido a su insistente manifestación de dominio lingüístico del quechua y de su doble origen inca y español.

Segunda Parte (1617)
Se publicó con el título de Historia General del Perú, y no con el de Comentarios Reales, reiterado e invariablemente empleado por el autor. Es una crónica de las guerras civiles entre los conquistadores, las que por sus terribles caracteres y consecuencias se sobreponen históricamente a lo que en sí constituye el proceso de la conquista. 

El relato de las crueldades de Atahualpa contra su hermano Huáscar, bárbaramente aniquilado con sus parientes y las primeras referencias a la llegada de los españoles, sirve de transición entre los dos grandes núcleos históricos de los Comentarios: de las sangrientas guerra civiles entre los últimos Incas, se pasa a las no menos violentas en que se diezmaron los conquistadores españoles.

En esta segunda parte, es importante la motivación sicológica del autor: investiga, acumula, clasifica, valora y utiliza a los materiales históricos en calidad de testigo interesado de los acontecimientos, o de pariente, amigo o enemigo de los actores. Un aspecto relevante radica en la intención de rehabilitar la figura del padre, calumniado ante los personeros de la corona por adversarios surgidos en el curso de tales hechos.

A lo específicamente histórico, se añade elementos literarios, expresivos y bien perfilados e intencionados retratos; frecuentes citas históricas, corroborantes o defensivas; reflexiones filosóficas y morales.

COMENTARIO
Los Comentarios Reales constituyen una obra de vasta proyección indigenista en la que lo histórico es lo sustancial; su representación y comunicación, la finalidad básica; lo literario es un componente funcional y complementario con respecto al objetivo histórico; sin embargo, adquiere posiciones dominantes en la tonalidad elegíaca y dramática de todo el conjunto de la obra.

Se reconoce en el estilo de Garcilaso a un prosista experto, armónico y sereno. Por la calidad artística de su obra es considerado  el mejor prosista de los tiempos de la dominación colonial española.

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