BIOGRAFÍA DE MARIANO MELGAR


(1790 –1815) Nació como Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso en la ciudad de Arequipa, el 10 de agosto del año 1790.

Cursó sus primeros estudios en el convento de San Francisco. A los 17 años pasó al seminario de San Jerónimo.

Mariano Melgar fue un notable poeta peruano del siglo XIX, incluso, por la enorme influencia que ejerció su obra está considerado como el iniciador de la literatura contemporánea del Perú y en especial del romanticismo peruano.

Melgar se lo reconoce especialmente por ser uno de los iniciadores del Yaraví, una composición musical ligada al romance, dominada por el sentimentalismo y que estaba inspirada en el Harawi de los incas.

Muy joven aun, regentó la cátedra de latín y retórica, al tiempo que seguía la carrera del sacerdocio. Su primer amor, Manuelita Paredes, significó también su primera gran desilusión.

Estudió tanto filosofía como teología y hasta estuvo a punto de consagrarse a Dios si no fuese porque se enamoró perdidamente de María Santos Corrales, quien incluso figura como musa en varios de sus poemas.

Melgar también se desempeñó como profesor de diversas materias como ser latín, matemáticas, entre otras.

Melgar, envuelto en esta corriente, se inflamó en los ideales de la libertad y escribió sus odas A la Libertad y Al Conde de Vista Florida (Baquijano y Carrillo). Pronto concluyo sus estudios y se regresó a su tierra. Ya Silvia no era la misma: estaba desdeñosa, irreconocible.

Con el corazón destrozado se retiró al valle de Majes para restañar sus heridas.
Allí, en contacto con los campesinos, escribió sus quejumbrosos yaravíes, con los que la lírica peruana inicia un nuevo rumbo, con raíces en la tradición indígena.

Al producirse la revolución de Pumacahua, Melgar se enrola entre los voluntarios de Chuquibamba que iban a unirse a las filas patriotas.

Nombrado auditor de guerra, peleó en Huamachiri (en la actual provincia de Melgar, Puno). Hecho prisionero, fue pasado por las armas al día siguiente, 12 de marzo de 1815.

Mariano Melgar murió a los 24 años de edad.

Alrededor de unas siete décadas después de su fallecimiento, la obra de Melgar es reunida y publicada  como Poesías de don Mariano Melgar.

OBRAS:
- Traducciones de la Biblia, Virgilio y Ovidio.
- 3 Epístolas: Ejm. La carta a Silvia.
- 6 Sonetos: Ejm. A Silvia, a la Mujer.
- 7 Elegías
- 10 Odas
- 14 fabulas.
- 71 Yaravíes: Ejm. Vuelve que ya no Puedo.
- 67 poesías varias.

MARIANO MELGAR y la Literatura de la Emancipación

Mariano Melgar recoge la emoción indígena pero la reviste de nuevas formas en razón de su formación humanística, porque él no es indio sino criollo americano; en él resuena el acento popular. Mariano Melgar es el asimilador y culminado de todo un proceso que dará forma  definitiva al yaraví. Su poesía se enlaza con una tradición e inicia otra, la del yaraví mestizo, en el que confluyen formas aprendidas de la lírica popular y la lírica culta.

Importancia:

- Es el punto de partida de una literatura genuinamente nacional.
- Iniciador de un espontáneo romanticismo, desligado de influencias extranjeras.
- Dio calidad literaria al yaraví mestizo.

SONETOS

A SILVIA

Bien puede el mundo entero conjurarse
Contra mi dulce amor y mi ternura,
Y el odio infame y tiranía dura
De todo su rigor contra mí armarse;

Bien puede el tiempo rápido cebarse
En la gracia y primor de su hermosura,
Para que cual si fuese llama impura
Pueda el fuego de amor en mí acabarse;

Bien puede en fin la suerte vacilante,
Que eleva, abate, ensalza y atropella,
Alzarme o abatirme en un instante;

Que al mundo, al tiempo y a mi varía estrella,
Más fino cada vez y más constante;
Les diré “Silvia es mía y yo soy de ella”.

LA MUJER

No nació la mujer para querida,
Por esquiva, por falsa y por mudable;
Y porque es bella, débil, miserable;
No nació para ser aborrecida.

No nació para verse sometida,
Porque tiene carácter indomable;
Y pues prudencia en ella nunca es dable,
no nació para ser obedecida.

Porque es flaca no puede ser soltera,
Porque es infiel no puede ser casada,
Por mudable no es fácil que bien quiera.

Si no es, para amar o ser amada,
Sola o casada, súbdita o primera,
La mujer no ha nacido para nada.

YARAVÍES

I
Todo mi afecto puse en una ingrata;
Y ella inconstante me llegó a olvidar.
Si así, si así se trata
Un afecto sincero,
Amor, amor no quiero
No quiero más amar.

Juramos yo ser suyo y ella mía:
Yo cumplí, y ella no se acordó más.
Mayor, mayor falsía
Jamás hallar espero
Amor, amor no quiero,
No quiero más amar.

Mi gloria fue en un tiempo su firmeza;
Y hoy su inconstancia vil me hace penar.
Fuera, fuera bajeza
Que durara mi esmero,
Amor, amor no quiero,
No quiero más amar.

IV
Vuelve, que ya no puedo
Vivir sin tus cariños:
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.

Mira que hay cazadores
Que con afán maligno
Te pondrán en sus redes
Mortales atractivos;
Y cuando te hagan preso
Te darán cruel martirio:
No sea que te caen,
Huye tanto peligro.
Vuelve mi palomita
Vuelve a tu dulce nido.

Ninguno ha de quererte
Como yo te he querido.
Te engañas si pretendes
Hallar amor más fino.
Habrá otros nidos de oro,
Pero ti vertió mi pecho,
Sus primeros gemidos,
vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Bien sabes que yo, siempre
En tu amor embebido,
Jamás toqué tus plumas,
Ni ajé tu albor divino;
Si otro puede tocarlas
Y disipar su brillo,
Salva tu mejor prenda,
Ven a seguro asilo.
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.

¿Por qué, dime, te alejas?
¡Por qué con odio impío
dejas un dueño amante
por buscar precipicios?
¿Así abandonar quieres
tu asiento tan antiguo?
¿Conque así ha de quedarse
el corazón herido?
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.

No pienses que haya entrado
Aquí otro pajarillo:

No, palomita mía,
Nadie toca este sitio,
Tuyo es mi pecho entero,
Tuyo es este albedrío;
Y por ti sola clamo
Con amantes suspiros
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.

Yo sólo reconozco
Tus bellos coloridos,
Yo sólo sabré darles
Su precio merecido,
Yo sólo así merezco
Gozar de tu cariño;
Y tú sólo en mí puedes
Gozar días tranquilos.

Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.

No seas, pues, tirana:
Haz las paces conmigo:
Ya de llorar cansado
Me tiene tu capricho,
No vuelvas más, no sigas
Tus desviados giros,
Tus alitas doradas
Vuelve a mí, que ya expiro.

Vuelve, que ya no puedo
Vivir sin tus cariños,
Vuelve sin tus cariños,
Vuelve mi palomita
Vuelve a tu dulce nido.

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